Hoy comienza el tiempo mejor, hoy comienza esa espesa y larga espera de 40 días, parece que el año ha volado y ahora todo se hace más intenso.
Comienza un tiempo de reflexión, esto nos lo dicen en todas las imposiciones de ceniza, pero creo que debemos realmente mirar dentro de nosotros.
Hay que renovarse, pensar si realmente estamos haciendo en nuestra vida, con los nuestros, en nuestras hermandades y para nuestros hermanos lo que debemos hacer.
Es tiempo de pensar, es tiempo de sacrificio, pero el símpbolo de no comer carne debe manifestarse en otras cosas, otros sacrificios personales que debemos asumir no solo en estos cuarenta días de desierto, sino los 365 días de camino que tienen un año.
Ahora que se aprietan las agendas de ensayos, las recogidas de túnicas y la llegada de estrenos, flores, cera... ahora debemos recapacitar y pensar, aunque sea cinco minutos en el trasfondo de todo esto... porque si no llegamos a Él nada de lo que ha de acontecer tendrá sentido
