El sábado si tú quieres Señor nos vemos. Me llegan rumores que ya has llegado, que ya has bajado del altar que te guarda y te aleja de nosotros todo el año para pasar unos días aquí con los tuyos, con esos que te profesamos como Rey de Reyes que eres lealtad eterna y amor sincero.
Si tú quieres tendremos de nuevo la oportunidad de entrar en tu morada donde la luz de las velas y el humo del incienso acarician el semblante del más justo de los hombres.
Sabes Señor que soy uno de los tuyos, probablemente de los peores, pero de esos que serían capaces de cruzar océanos de amargura por tí, porque juntos tú y yo, Señor hemos librado intensas batallas en la vida y si tú quieres seguiremos librándolas aqui en la tierra para que cuando decidas te acompañe a donde haya que ir.
El sábado volveremos a estar cara a cara tú y yo, es la hora de hacer levas, es la hora de que el General de los costaleros del Rosario repase lista por ÉL y por su Madre, Capitana de nuestras vidas. Es la hora de presentarse ante Él, a verle, a que nos vea, a que nos mire dentro desde su mansedumbre porque tú Señor eres el que realmente nos conoce a cada uno de nosotros de verdad, desnudas nuestro alma en cada mirada y haces que la hombría de bien de los costaleros del Rosario tiemblen como soldados asustados ante su primera batalla al acercarse y rendirte pleitesía en la noche en la que la mitad de la cuaresma ya ha pasado.
El sábado, desde lo alto de la peana en que nos miras, estaremos todos alli, para pasar lista, para ofrecerte nuestras armas para la lucha en la bodega que no son más que un saco, una faja y unos corazones capaces de rendir el último aliento por ti en una batalla sin fin contra los kilos, las calles y el río de fervor que te saluda a cada paso en la tarde-noche del Jueves Santo.
El sábado el corazón del guerrero verá más cerca la batalla, porque el general nos llama a verle antes de la batalla, el sábado Dios Prendido volverá a cautivarnos con su presencia en uno de los días más bellos del año, en una de as noches que hacen mágica la Cuaresma.
