viernes, 8 de octubre de 2010
LA VOZ DE DIOS (artículo El Muñidor. Boletín Rosario octubre)
Cuando a uno le hacen regalos de este tipo no tiene más que agachar la cabeza, llenársele los ojos de lágrimas, emocionarse y mucho, y dar siempre las gracias a Dios por tener gente que te quiere y a la que quieres. Pedir mucha salud y esperar hasta el día en que vuelvas a ver a tu gente.
Gracias de todo corazón.
“Cuando Dios le hablaba a Samuel éste no reconoció Su voz hasta que fue instruido por Elí.” Todavía en nuestros tiempos no sabemos reconocer la voz de Dios cuando nos habla.
Permítanme decirles que este Jueves Santo tuve la fortuna de reconocer, no la voz de Dios, pero sí de aquel que puede hablarle al oído. Persona de hablar pausado, sosegado y voz resquebrajada y sobria. Con un acento muy particular, fondo cerrado jienense, influencia taxativa granadina y el deje sevillano, que le dan un carácter muy especial.
Después de quince años bajo los pies del Soberano, es curioso poder vivir con él una mañana de Jueves Santo. Nervios por el trance que ha de venir, incertidumbre con miradas rápidas y constantes al cielo, ir y venir de cualquier sitio al frontal del paso Cristo, del paso Cristo a cualquier sitio, y antes de ir a casa un rezo delante del Soberano y de la Señora para despedirse hasta que vuelva a postrarse delante de Ellos vestido de guerrero.
Y digo guerrero, porque aquél que lo conoce sabe que vive la salida en Estación de Penitencia como una lucha con los kilos, con las dificultades en los momentos de esfuerzo y sacrificio por el hermano que no puede más. Para ello no hay nada más que verlo llegar con su lugarteniente, que por la gracia de Dios quiso que fuese aquel que concibió la misma mujer que a él. Llegan concentrados, con andar lento y seguros, sabedores que sus tropas están esperándolos para poder hacer efectiva cualquier orden que ellos les den. Después llega el solemne momento de revestirse. Para ellos es casi litúrgico. Se hace el silencio, casi no quieren ni hablarse, sólo distraídos por las bromas de alguno que otro, volviendo rápidamente a la misticidad del acto. Coraza de tela, casco de rayas y como fusil una medalla, asi le gusta vestirse para la batalla.
Una vez revestido como buen General se encarga de revisar uno por uno las ropas, muchas de las cuales el ejecuta, para la lucha a realizar. Abraza a cada uno de ellos, dándole consejos y palabras certeras de ánimo a cada uno. Es curioso como los jóvenes, al igual que a Aquiles, le tienen una especia de respeto que con los años se transforma en cariño y gratitud. Ya bajo el paso, como si del fortín se tratase, se encarga de pronunciar unas palabras de tranquilidad, ánimo y arenga a los suyos.
Ya casi está preparado, y como buen soldado, se retira en solitario, para poder rezar y ofrecer la batalla a su Dios, a aquel que Ama, y por el cual su vida tiene sentido. Pero la influencia de la Hispania románica se hace patente en él cuando se encomienda a su padre, a su antepasado amado, que desde el cielo lo cuidará e intercerá por él. Cuán orgulloso estará de los soldados que dejó en el mundo.
Habiéndose convertido la hermandad en cofradía, su protagonismo se vuelve majestuoso al ser el encargado de ser la voz de los pies del Soberano. Y en ese momento año tras año se vuelve a crear el mismo efecto. Él con la precisión napoleónica guía a sus soldados en la lucha, crea chicotás levantando Oles sólo comparables con las verónicas curristas, pasos que nadie espera, aligera a sus soldados, le pide el esfuerzo que no pueden dar, les vanagloria cuando más lo necesitan y todo esto siendo un soldado más que no le importa sufrir más que nadie si es necesario, para que su Soberano pueda andar como él a imaginado en los largos y solitarios viajes hacia los ensayos.
Esta es una de las causas del inconfundible carácter de la cuadrilla del Soberano, sólo comprensible sabiendo que algo de ese carácter tiene su reflejo en aquel que les hace andar, manda y es la voz de la cuadrilla. Gracias Agustín por aportar a esta cuadrilla algo de tu forma de ser, creer y sentir bajo un paso, Gracias Agustín por hacer disfrutar bajo un paso, Gracias Agustín por guiar a la cuadrilla por el crucero de Pasión, Gracias Agustín por hacer sentir un poco más cerca de Dios, Gracias….Gracias Agustín por hablarle a Dios.
EL MUÑIDOR
jueves, 7 de octubre de 2010
¡¡¡FELICIDADES!!!
Pues si, ya está aqui de nuevo. La Madre de Dios que se llama Rosario y vive en San Agustín ha bajado hoy del cielo para ver a sus hijos, a que la mimen, a que la besen, a que le pidan, a que le den las gracias, a que le lloren, a que la vean y a vernos.
A urgarnos dentro del alma como solo una madre sabe hacerlo, a que nos sentemos (los que podáis disfrutar de Ella hoy personalmente) un rato a hablar con Ella, porque Ella es así.
La rotundidad de la Virgen del Rosario en su capilla el día de su besamanos es un anhelo que "los de fuera" tenemos cada cuatro o cinco años y que podemos disfrutar solo durante tres, porque cuando su día coincide entre semana nos obliga a "hablar con la Madre por teléfono.
Este año Ella me ha regalado un trocito de felicidad a través de una página de su boletín que es el de la hermandad. Cuando uno lee cosas como el muñidor se siente más que abrumado, ni siquiera creo que merezca tal escrito, pero a uno le gusta sentirse querido, a todos nos gusta sentirnos queridos, así que Gracias al Muñidor por tan bellas palabras y a la Virgen por prestarme un trocito de su octubre.
Si Dios quiere la disfrutaré el 31 cuando salga a inundar de Amor y Fe las calles de su barrio.
miércoles, 6 de octubre de 2010
LA PRENSA....
¡¡Ha llegado!! casi con puntualidad inglesa, con muchísimo esfuerzo y trabajo, con la ilusión de un grupo de locos, con los desvelos de más de uno, pero ahi está, a un día de la onomástica de la Virgen del Rosario, el hermano del Prendimiento tendrá hoy en su casa el regalo de un nuevo año cofrade lleno de ilusiones, de más que probables estrenos, de revitalización.
Disfruten del boletín, disfruten de la hermandad y participen de los actos de este mes de la Virgen del Rosario.
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