lunes, 6 de octubre de 2014
EL JEFE...
No me canso Señor de mirar tu semblante majestuoso y sereno. Hoy me ha llegado esta foto tuya de aquella que te ve mu de cerca cada vez que decides cambiar el terno como los toreros.
No dejo un solo día de hablar contigo en la distancia, de darte las gracias por todo lo que me regalas, como buen hijo tuyo, ser caprichoso y pedirte siempre un poco más.
La distancia hace que veamos las cosas de otra manera, que añoremos tu caminar poderoso y que la envidia recorra nuestro corazón cuando hablamos con aquellos que sí pueden verte a diario en tu capilla mientras otros, en el exilio, nos conformamos con una foto tuya en una repisa de casa, o colgada en un despacho o en el cabecero de la cama.
Sabes Señor que soy y seré siempre de los tuyos pero qué verdad es aquello de que Dios escribe derecho con renglones torcidos... últimamente no entiendo muy bien tus designios y, lejos de encontrarme perdido, me aferro más y más a la Fe que te profeso, que en otros lares tratan de idolatría y aquí simplemente lo llamamos amor.
Tenemos la acilidad, los andaluces, de tratarte de tú, de salir contigo de la mano como uno más, a tomar un café y poder charlar contigo de nuestras cosas, esas que son las tuyas y que cada vez parecen menos nuestras.
Últimamente Señor parece que escribes derecho más torcido que nunca, y solo te pido que nos des a aquellos a los que parece que nos has torcido el entendimiento, paz y sosiego para aguantar lo que nos viene y paciencia para esperar aquello que nos tienes preparado y que vendrá a mansear las aguas bravas que en las que ahora navegamos con el único faro guia de tu Santísima Madre del Rosario.
Mañana Señor, desde tu atalaya de San Agustin, verás como Linares le rinde pleitesía a tu Santísima Madre y muchos vovlerán la vista hacia tí y se aferrarán como siempre a la reja de tu casa para intentar doblar con sus plegarias aquellos barrotes que alejan la mirada de la tuya.
No puedo Señor dejar de pensar en tu caminar valiente y decidido hacia la muerte en la tarde del Jueves Santo, dándonos una lección a cada uno de nosotros...
gracias señor por lo que nos das y gracias Señor por lo que vendrá
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