Hoy no hablaré de Cristos ni de Vírgenes, ni de costaleros ni de ensayos, hoy hago un alto en el camino y vuelvo de nuevo mi mirada a Granada.
Ayer conocí la noticia de que uno de los totems de mi vida universitaria, y la de muchos loyolos, había fallecido. Manolo "el del Cebollas" nos dejaba ayer para abrir, seguro, una tasca igual que la suya al lado del arco de la nube 5ª.
El Cebollas es un lugar entrañable, de esos que podríamos denominar "puros". Una tasca situada detrás del Arco de Elvira en Granada, refugio de Estudiantes, paseantes, vividores, Señores, jerifaltes, tunos y demás.
Yo lo conocí en esta última lid, en la de tuno. Hace ya la friolera de 15 años, y alli se han gestado grandes coplas, grandes conversaciones, grandes amistades y, por qué no decirlo, amoríos de juventud que quedan en el recuerdo...
Descanse en paz D. Manuel porque usted es de esos hombres que se lo merece desde siempre. Amable sin "hojana" como dicen por aqui por occidente, con su puntito granaido indiscutible de "malafollá", pero seguro que, por ejemplo, conocerán ustedes pocos bares en los que el dueño abría cuando nos escuchaba afinar abajo en la calle, o donde sirvan unos bocadillos que quitan el sentío, el hambre y en muchos casos la tajá.
se va usted, en mi caso particular D. Manuel, a la estantería de los recuerdos que tengo en mi alma. Como epílogo a esa novela que podría escribirse con la vida universitaria de cada uno de los que con honor portamos sobre el pecho la beca verde del Loyola.
Que Dios lo guarde, D. Manuel, seguro que ya le ha visitado en la tasca de su nube.
Descanse en paz.
miércoles, 16 de marzo de 2011
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