Empieza el año, tras el verano que ya agoniza y acabando la temporada taurina (que personalmente tanto relaciono con esta locura del costal) empezamos lo nuesto. Esta bendita locura nos va a llevar por nuestra especial calle de la amargura, querida y pedida, por supuesto, pero llega.
En cuanto nos queramos dar cuenta habrán venido lo reyes y nos traeran la nueva ilusión, que ya empieza a fraguarse como el buen acero español.
Y todo, personalmente, comienza mañana. Con la primera convivencia del año donde me reencontraré con mi gente de la Buena Muerte, este cuadrillón de costaleros con mayúsculas, de verdaderos aficionados a este mundo del costal y el palo. Mañana llega el momento del relax, de juntarse, de verse, de disfrutar, de charlar, de comentar nuevas ilusiones, nuevos proyectos y sobre todo de empezar a programar el año que se avecina, que solo si Él lo quiere, lo verá pasear crucificado y muerto en la cruz, desde un barrio que le necesita más que nunca con la que esta cayendo.
Mañana empieza todo.
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