martes, 20 de marzo de 2012

LA TARDE CON EL GENERAL (foto Manuel Martínez Olmedo)

El pasado sábado por fin nos vimos Señor, el pasado sábado tuvimos ese momento íntimo entre nosotros que tenemos todos los años y en el que te entretienes en urgar dentro de mi alma. Aparecías soberbio con la túnica que has paseado alguna vez por Linares y nuevas potencias y cíngulo. Para esta ocasión tus priostes han recreado perfectamente el momento del Prendimiento, acompañado por el discípulo amado y observado por Judas el Iscariote y Ese sayón judío que ya ha acariciado la soga que inicia tu tormento. La Madre del Nazareno miraba desde el altar, con el vestido de hebrea la escena mientras suplica al padre que pase de su Hijo, ese que crió en sus entrañas y parió en Belén el cáliz que se vislumbra y la cruz cuya sombra se vislumbra detrás de Ella.. Siempre diré que tú escribes con renglones torcidos, y eliges los momentos por ti mismo. Este año conmigo no has elegido otro momento que el pedazo de concierto que la banda ofreció en tu honor el pasado sábado tras la misa. Interpretaba la Banda marchas como De Blanca Pureza, Una vida de Esperanza (si no me equivoco) y allí estaba yo, embobado frente a ti, escuchando el rezo de la corneta que acompaña tu Prendimiento en la tarde del Jueves Santo y abriéndome ante ti entero como el azahar que completa y perfuma la delantera de la catedral en la que tu Madre, que es tan nuestra como tuya. Tú y yo sabemos lo que hablamos, tú y yo sabemos de lo nuestro, ahora nos queda juntos surcar el mar de fe de Linares en la tarde del Jueves Santo, que pasa como un suspiro y que marca el inicio de un nuevo año de espera. Solo si Tú quieres, porque tú, General del alma del guerrero del costal, eres finalmente el que tiene la llave de la magia de una tarde gloriosa de Jueves Santo.

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