Tras un merecido descanso del Martes Santo afrontamos el que para mí es el día central de la Semana Santa. El Jueves Santo.
Amaneció bien el miércoles, y tarde salims de Sevilla, descansados y con las miras puestas en el día siguiente. Se notaban la circunstancia, todos los años no se cumplen 15 años bajo un paso y yo los cumplía este año.
Llegamos a Linares ya encaminado el día a su ocaso, saludamos a familiares y fuimos a la visita esperada durante todo el año, antes, saliendo de Carrera Oficial...
La llegada a San Agustin es como para ponerse nervioso, toda la hermandad pulula por la iglesia o alrededores, se respiran las ganas de Jueves Santo, saludos, abrazos, esperanza, ilusión, nervios, algún agorero que en la puerta mira al cielo y dice que va a llover.
Y allí están Ellos, irremediablemente espléndidos, esperando al día siguiente mientras sus guerreros velan armas junto a ellosen una noche que pasa lenta y parsimoniosamente.
Salida de la iglesia a tomar algo y hablar, cómo no, de cofradías, más bien de nuestra cofradía con los amigos, con la gente que ha compartido contigo los 15 años de tu vida en las bodegas del Señor del Prendimiento, se recuerda a los que pasaron, a os que no están...
Sale el Via Crucis, de obligado cumplimiento, una de la manifestaciones religiosas de Linares más serias e impresionantes
Y de nuevo visita a la Iglesia hasta que con un grupo de amigos decidimos ir a tomar una copita que relaje los nervios y que nos permita seguir comentando historias...
Amanece el Jueves Santo tibio, no todo lo despejado que desea un integrante del Prendimeinto, Rescate o Columna, parsimoniosamente me visto y junto con Patri vamos a visitar a los Titulares.
Desde lejos es reconocible el grupo de hermanos, la mayoría costaleros, charlando y hablando en la rampa, llegada, abrazos, saludos y ese olor a incienso que inunda San Agustín.
Comienzan las emociones, empieza uno a ver, a recordar, a sentir, a querer y se le anuda la garganta cuando ve que hay amigos y compañeros que vuelven a trabajar en el barco del Soberano de Linares después de haber perdido a su Capitán.
Vuelta a casa para comer ligeramente, pasta sobre todo, y comienza el ritual.
Extendidos sobre la cama, ahora de matrimonio, están todas las "armas" que el guerrero necesita, y tras encomendarme a Ellos comienzo a vestirme parsimoniosamente, despacio, sintiendo cada prenda, asumiendo con cada una de ellas que hoy es el día con el que he soñado durante todo un año, hoy es el día en que Él se pasea sobre 48 hombros por las calles de Linares, hoy es el día en que acaba y empieza el año.
Tras la despedida, salir de casa con tu hermano es de lo más gratificante. Rostros serios, ritual del cigarro al salir de casa y vamos a recoger al amigo que comparte idilio con la trabajadera desde hace 15 años.
Llegada al lugar de encuantro sobre las 15:30. Refrigerio, saludos, abrazos, risas, deseos de suerte, entrega de tarjetas de relevos y llega la hora.
Entramos a cambiarnos, a ayudar a los compañeros, salimos a la iglesia y notas cómo el tramo de nazarenos se vuelve ansioso, como deseando ya estar en la calle... y se abran las puertas de la ilusión
Se suceden los sentimientos...
Y llegamos a nuestra particulas catedral
Y la carrera oficial
Y en un abrir y cerrar de ojos llegas de nuevo a casa
Se ha cumplido un sueño, abrazos, llantos, el reencunatro con los tuyos, y cuando menos lo esperas, llega Ella...
Todo ha terminado... la satisfacción que uno siente es magnífica, y se celebra con un barril con los compañeros en la puerta del Yasta... pero hay que retirerse rápido, mañana empieza la recta final...
martes, 28 de diciembre de 2010
MOMENTOS 2010 (III) JUEVES SANTO
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