De las muchas o pocas alegrías que nos dan las cofradías, más bien las hermandades, una de ellas se presentó ayer en una comida de hermandad en los salones del hotel anibal de Linares.
Previo pago de su cubierto or cabeza, que nadie se me confunda, y al finalizar el distendido y agradable almuerzo aunque con poca asistencia, la verdad, se presentó el proyecto de restauración de la Túnica Bordada del Señor del Prendimiento de Linares y que reestrenará, si Dios quiere, esta cuaresma.
Se cumple así un deseo de muchos hermanos de la hermandad, ya que como el amigo Juan Pedro Lendínez explica en su blog, Simplemente capillita, esta túnica dejó de utilizarse tras la restauración a la que se sometió en los años 80 de la pasada centuria al Señor del Prendimiento y que hizo que la misma se le quedara pequeña al intervenr, entre otras cosas, en el cuerpo de la Talla del Soberano.
Este diseño corresponde al artista Álvaro Abril, actual vestidor de la hermandad, y reconocido diseñador. El hecho maravilloso es que se pensaba por parte de esta Junta Gestora el repartir este diseño en cuadros para que a través de donaciones pudiera paliarse el costo de la túnica, pero, azares del destino, una devota del Señor ha asumido el gasto completo del pasado de la túnica.
Este hecho viene a corroborar de nuevo la gran devoción que no solo el pueblo linarense, sino por muchas partes del mundo, se le tiene al Señor del Prendimiento de Linares y a Su Bendita Madre del Rosario.
Por ello personalmente quiero dar las gracias a la hermandad (con junata gestora o como quieran) por cumplir, seguramente, otro pequeño sueño de este costalero que quería que su Cristo tenía que tener, más bien recuperar, su túnica bordada.
Si la gestora lo tiene a bien y la túnica llega a tiempo la hermandad recuperará modificada y remozada una estampa antigua, en la que el Señor del Prendimiento procesionaba con túnica granate bordada. Sin duda muchos de los más veteranos recordarán viejos tiempos y los más jóvenes viviremos y experimentaremos sensaciones nuevas.
Espero ansioso la llegada de la túnica y sobre todo ver al Soberano con ella puesta.
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