miércoles, 11 de abril de 2012

SEMANA SANTA 2012 (II) JUEVES SANTO 1 (FOTO BLOG SIMPLEMENTE CAPILLITA)

Amanece el Jueves santo pero no como deseábamos, nublado y feo, con un sms de mi amigo Juan, de Montesión, que me cuenta que en Sevilla hace un día espléndido. Reconoczco mi egoísmo al pensar “ojalá se venga para acá”, pero la verdad es ue conociendo a mi hermandad del Prendimiento y Rosario tenía pocas Esperanzas de salir a la calle este año. Me levanté por fin, hice mi cama, preparé mi particular “altar de insignias del costalero” y me arreglé para mi encuentro con Ellos en la mañana más esperada del año. De camino a San Agustín corta visita a mi amigo Eugenio, da lo mismo lo que haya pasado en el seno de la hermandad, yo ese día fui con toda normalidad a por mi paquetito de Cherter, a ver a Eu y a darle dos besos, reconozco que me causó pena la desazón con la que decía que solo vería a su Cristo y a Su Virgen desde la puerta de su negocio, y es que no está el horno para bollos. Me encaminé, arreglado como digo para la ocasión, hasta San Agustin, allí estaban esperando Ellos, imponentes, en sus pasos. Puede que la mañana del Jueves Santo sea normal para algunos y especial para otros, este segundo caso es el mío, pero más especial si cabe es el reencuentro con Ellos. La última vez que los vi el Señor presidía con su rotundidad, solo, la capilla, y la señora acababa de subir a su Catedral efímera que es su paso de palio y que se encontraba en plena construcción. El vuelco que da el corazón es indescriptible, impresionante el Señor sobre su barco de la ilusión, presto a surcar los mares de Fe de Linares, Ella refulgía por los cuatro costados en su palio, y es que todos los que estábamos allí disfrutábamos como enanos de su sola presencia. Incertidumbre, esperanza, ilusión, miedo…. Muchos sentimientos encontrados en esa mañana eterna de San Agustín en la que Ellos son el centro de las miradas. Horas apuradas en la iglesia, saludando, mirando al cielo desde la rampa, y vuelta a casa para almorzar algo y vestirse, como decía el poeta, de héroes….

martes, 10 de abril de 2012

SEMANA SANTA 2012 (I)

Hacer balance de una semana tan esperada y veloz como la que ha pasado es muy pero que muy difícil, máxime cuando todavía no hemos digerido lo que ha pasado, nos obnubila el alma el olor del incienso pegado a nuestras ropas, el azahar que aun retoza en el ambiente y desde luego el recuerdo al doblar una esquina… “hace una semana iba por el aquí el paso tal o cual con la marcha….” La distancia en km del escenario de la Pasión en le que se convierte la calle hace que uno empiece a analizar poco a poco todo lo que ha pasado, y desde luego que el análisis, tan particular como la vivencia, puede ser del agrado o no del que lo lea. Permitirán mis sentidos que obvie el principio de la Semana santa, que tan solo tuvo chispazos agradables como el reencuentro del Señor de la Borriquita con la noche de Sevilla, allí estaba el tío, fiel a la cita, con mi mujer en el único día de esta semana que hemos visto cofradías juntos. Se metió la semana en agua, la dichosa agua, y partió en dos a la gente de bien de San Gonzalo en el puente de sus ilusiones, nos dejo sin Martes Santo y lo remató con la gracia que ya todos saben de la riñonerita de marras, desde luego que hay malajes en todos los sitios, y cuando la cosa se tuerce parece que se tuerce del todo, las pérdidas materiales no son significativas, si descontamos que ese malnacido se llevo la cartera de mi abuelo con foto de el y su señora, mi abuela, que me acompañaban en las cofradías siempre… como pecador que me reconozco no tengo más que decir. Malas puñalás le den. Amanece el miércoles con guasa y la desazón en el cuerpo por los dos palos del día de antes, pero ya se cambia el “chip” del todo, se monta uno en su coche y en dos horitas y pico aparece en Linares, a vestirse de negro por segunda vez, aunque salir lo que es salir sería, si se consumaba al acto, la primera vez. Reconozco que me puse nervioso a la salida del Señor, la responsabilidad de la espalda de treinta y tantas personas es mucha, y verte en la calle, pese al día que se presentaba, era lo que llevábamos dos años buscando. Él, con esa muerte dulce en la cruz, Buena como solo lo es la de Dios, derramó piedad y Fe por la calles de Linares, nosotros lo único que hicimos fue acercárselo a su pueblo, que lo esperaba con las almas abiertas desde hacía dos años, dos semanas santas. Grandes muestras de cariño, de admiración, la experiencia de ver una cofradía desde el martillo te trae muchos quebraderos de cabeza, pero simplemente con poder ver a la gente rezarle, acercarse a tocar el paso, abrir la boca para contemplarle y como cuando él pasaba se cortaba el rezo en el aire merece la pena. Disfruté y mucho, pero me quedo con la vuelta del paso, el Señor arropadísimo por Linares que lo acompañó a su barrio de nuevo, que lo recibió con los brazos abiertos, cansado ya de recibir los rezos y perdonar pecados. Linares acompañó a Dios en su Buena Muerte hasta su casa, y con eso los de abajo estamos más que pagados.

LLEGANDO A LA GLORIA