jueves, 29 de enero de 2009

El sábado...



Este sábado, si Dios y su Santísima Madre lo deciden, los hombres del Rosario vuelven al trabajo. Con curiosas novedades estructurales que harán que la Reina del Rosario sea paseada como se merece por estos valientes

¡¡¡Suerte hermanos!!!

Año 2008



Año 2008, Jueves Santo, tras un año de sequía los Costaleros del Rosario se disponían a hacer realidad sus sueños, a pagar una deuda con un amigo. A enseñar a Linares cómo saben hacerse las cosas en el seño de esta mariana ciudad.

Pero aparece en la foto la nube "malahe" y dichosa. El miedo a todo, una previsión nefasta y la madurísima desición de no salir otro año más a la calle.

Quede este documento como prueba de ese grupo de hombres que cada Jueves Santo dan lo mejor de si desde San Agustín

lunes, 26 de enero de 2009

La Paz (Foto Manuel Martínez Olmedo)



Desde siempre las hermandades se han prestado diferentes enseres para los cultos de sus Titulares y poder así hacer más solemne cualquier celebración de este tipo.

En la imagen vemos como un año más se cumple esta especie de costumbre que une a las cofradías, en este caso, de la Cena y el Prendimiento de Linares, la Señora del Rosario ha tenido a bien ceder parte de su candelería para los cultos de la Virgen de la Paz, Titular de esta corporación para que luzca si cabe más bella de lo que es ella

El comienzo (Fotos Manuel Martínez Olmedo)





Ha comenzado, después de un larguisimo año de espera la ilusión vuelve a retomarse con la ilusión que un niño inicia el nuevo curso. Todo huele un poco a nuevo, la sensación de novedad nos hace ponernos nerviosos. Se encuentra de nuevo a los compañeros, la ilusión, como una herida superficial, ha cicatrizado durante casi un año, y solo queda el rasguño del recuerdo.

El reencuantro es feliz, hermanos del costal que no se ven casi en un año por circunstancias vuelven a abrazarse, a desearse lo mejor, a preguntarse por todo el mundo... el simple hecho de verse al lado en la "cuerda" le da a uno la tranquilidad del saber.

Un año más mayores, más veteranos, se nos renueva el corazón del guerrero cuando vemos a las nuevas incorporaciones.

Y todo comienza con un toque casi divino. El capataz, emulando la chispa divina, toca por primera vez la cerviz del costalero este año, y todo comienza... el costalero vuelve a ponerse en marcha, a pensar en ese gran día con el que sueña y se desvela durante todo el año. Se cita para los ensayos, se apunta en las agendas dándole más importacia casi que a una reunión de trabajo o a una comida familiar, porque esto, al fin y al cabo, forma parte de la familia del costalero.

Se hecha de menos a los compañeros que ya no nos acompañan, muchos de ellos siguen viniendo inmersos en el ritual de todos los años, a ver a los amigos, a ver a la familia. Y se habla de años pasados, de gente que ya no está, de lo que se espera de este año...

Todo comienza y un almacén frío durante el año se llena del calor y la ilusíon de un grupo de hombres que tienen la suerte de ser Costaleros del Rosario