martes, 16 de octubre de 2012

PADRE.. PERDONANOS PORQUE NO SABEMOS LO QUE HACEMOS

Hay veces que uno piensa que en esto de las hermandades no le queda nada por ver y que ve venir todo lo que puede pasar en su hermandad de toda la vida. Pero la vida siempre le dice a uno que se equivoca. Todos los que somos cristianos creemos que nadie sería capaz de saber que un padre está enfermo y no llevarlo al médico. Pero la vida siempre nos sorprenderá. Hace un mes aproximada mente la junta gestora, presidida por el parroco de San Agustín, Don Javier, que rige los designios de mi ehrmandad del Prendimiento y Rosario de Linares comunicó, entre otras cosas, que el estado de conservación de la imágen del Señor del Prendimiento no era todo lo bueno que se creia. Es cierto que desde hace unos años las imágenes tienen un seguimiento muy estrecho por parte de la hermandad, pero las alarmas empezaron a saltar al observar el rápido avance de ciertas "anomalías" que presentaba la imágen del Señor desde un tiempo muy corto a esta parte. El Señor está enfermo, sufre un grave problema de estabilidad que se aumenta con otra serie de patologías que se definen perfectamente en el informe que esta gestora, haciendo gala de lo que dicen nuestras reglas acerca de la conservación del patrimonio y cuidado de los Titulares de la hermandad, encargó a D. Jaime Babío, escultor reputado dentro de los círculos artísticos cofrades y que ha sido elaborado por el escultor y un equipo multidisciplinar de técnicos en la materia. A la lectura del informe presentado realmente sería de locos el exponer al Señor a otra salida penitencial. Bien es cierto que puede no pasar nada, pero el rápido deterioro de la imágen en un año hace pensar que se haya agravado la situación y pueda ocurrir una desgracia en la que personalmente no uiero ni pensar. O puede no ocurrir nada y que a simple vista el Señor supere esta "prueba". En el boletín de septiembre de 2012 de la Hermandad del Dulce nombre de Sevilla se entrevista a la Licenciada en Bellas Artes y Especialista en Restauración y Conservación Carmen Bahima, quien asegura que "Nunca se debería retrasar una restauración hasta el punto de que sea de urgencia". El caso es que la situación del Señor del Prendimiento es la que es y los últimos acontecimientos "económicos" de la hermandad hacen que la misma se encuentre en una situación límite en sus finanzas. Debo decir que, según las reglas, es obligación de los hermanos tanto el sostenimiento económico de la hermandad como el cuidado y conservación de los Titulares, para lo que la gestora dispuso una cuota extraordinaria de 50 euros para los 200 primeros hermanos. Debo decir que llevo 25 años en la hermandad y soy el hermano número 195, y es por esta raz´n por la que me sorprende más todavía que hermanos más antiguos que yo racaneen lo que deberían saber como prioridad en la hermandad. Pongan trabas, mientan en diferentes espacios públicos sobre las intenciones de la gestora con esta cuota especial, y se subleven y nieguen en rotundo a aportar la cuota. Bien es verdad que la situación económica no es la más favorable para nadie, pero casos extremos son y han sido comprendidos por la gestora. Ahora bien, hay casos de rebeldía y sublevación absoluta que me hacen pensar, sinceramente, que estos hermanos ni saben ni les interesa la hermandad donde están. Amenazan con "darse de baja" como si ello fuera algo horroroso. Yo les digo, si realmente crees que no es cuestion nuestra asumir ese gasto, realmente debes darte de baja, deberías haberlo hecho hace muuuuucho tiempo. La situación que se nos plantea es la siguiente, el Señor debe salir de Linares en pocos días para poder tener tiempo a que sea restaurado, los hermanos están remoloneando demasiado y si no hay dinero no se firmará el contrato, con lo que el Señor no se restaurará, con lo que no saldrá este año a la calle,ni Él ni la Señora del rosario. el Prendimiento se quedaría en casa este año, y no por culpa de la lluvia, probablemente, sino por culpa de sus hermanos, de sus hijos, aquellos que infinidad de veces al año recurren a él con familiares enfermos, asuntos personales de trabajo, estudios, amores, encuentros, qué se yo... por esos hijos ingratos que no quieren poner un duro su Padre Celestial, ese al que nos hartamos de rezarle y delante del que cada Jueven Santo nos damos golpes de pecho, ese que mitiga nuestras penas y al que le rezamos, se quedará en casa este año o hasta que pueda curarse. Porque sería de irresponsables sacar una imagen a la calle conociendo el riesgo que entraña para su conservación, como lo sería el sacar una cofradía a la calle jarreando agua. Me consta que hay mucha gente, eso si, que se está moviendo y rascándose de verdad el bolsillo para que el Señor salga a curarse en pocos días, pero es necesario que todos nos concienciemos de que hay que aportar para esto, hay que curar al Señor. De nosotros, de sus hijos, de los hermanos del Prendimiento, depende...