jueves, 27 de marzo de 2014

A 20 DIAS... LA GLORIA PLENA

Quedan 20 días, solo 20 días para sentir de nuevo el calor de tus manos atadas. sabes Señor que son tiempos difíciles para la devoción y la Fe, pero tú todo lo puedes con ese derroche infinito de mansedumbre que se adivina cuando vemos venir el galenon dorado de la ilusión que es tu paso de misterio. Empiezan a arremolinarse en torno al alma del costalero recuerdos y sensaciones... cada vez son más los que falta, pero cada vez son más los que llegan y con qué ímpetu. No se si hemos perdido técnica, destreza, no se si somos mejores o peores, y la verdad es que me da igual. Quizás eche de menos las noches de ensayo con cuatro gatos, locos de esto, pero cuatro, que nos metíamos en ese paso y nos liábamos a darle vueltas a Linares... ay si más de uno viera esto, ¡relevos en los ensayos! fuerza hasta última hora, leña, leña y más leña... el paso cargado hasta las manillas, como siempre debió ser... ay lo que éramos y lo que somos. Esta evolución forma parte de cada uno de los que han pasado, pasamos y pasarán debajo de las trabajaderas del Misterio del Señor Prendido de Linares, o, como a algunos les gusta llamarlo ahora, el Señor del compás de Linares. Yo no se si es eso, pero lo que sí se es cómo se mete esa cuadrilla en el paso, como es capaz de hacer las cosas, como es capaz de venirse arriba... Solo 20 días, solo 20 días para volver a sentirte tan cerca que solo un altar te separa de nosotros. Solo 20 días para quitarle el polvo de los años a una ciudad hastiada por las malas noticias, por el paro, por el hambre, por la incomprensión... en 20 días todo pasará, los ojos de la ciudad se posarán en tí para rogar por todo, por todos y para que Tú, en tu infinita misericordia, recojas en el regazo que un judío junta con dos cuerdas todo el sentir y toda la esperanza de un pueblo para entregársela a tu Madre del Rosario. 20 días, solo 20 dias, tan poco y tanto tiempo para verte gobernar encima de tu galeón la vida de estos humildes marineros del costal que somos tus hijos y a los que cualquier mirada tuya es capaz de ponernos en alerta. Ya lo dijo el peota "¡¡¡leva anclas barlovento!!!" que en 20 días saldremos a navegar juntos de nuevo al mar inmenso de Linares, solo si tú quieres...

lunes, 24 de marzo de 2014

LA GUARDIANA DE DIOS (Foto Juan López Leiva)

La Cuaresma, todo lo que la rodea, llama al repeluco del alma cada día y a cada instante. Al cúmulo de olores, luces y colores que empiezan a despertar como la recién estrenada primavera, se unen esos zarandeos del alma a los que nos tienen acostumbrados nuestro Titulares. Muchas veces, muchísimas, me he planteado por qué mi santa madre no venía a mudarse a Sevilla con sus dos hijos y dejaba de estar en Linares sola... ¿sola? esta foto lo explica todo. ¿Cómo va a sentirse sola teniendo tan cerca al Hijo de Dios? ese en el que descansan sus anhelos, sus oraciones, sus ruegos... esas manos en las que ella cada día se apoya para soportar, entender, por qué se llevó hace 20 años a la persona que seguro ha querido más en este mundo y a la que quiere todavía y de la que se despide cada noche antes de dormir. ¡¡Sola dice!! sola se sentiría seguramente si no pudiera ir a verlo todos los días, si no pudiera refugiarse en su mirada gitana cuando quiera ella, si no pudiera hasta reñirle si lo necesita o simplemente extasiarse ante su presencia, porque la presencia del Dios Prendido de San Agustín es simplemente impresionante. En esta foto, gracias a mi amigo Juan López Leiva, que ella se siente viva a su lado, que ella necesita de la presencia ilustre de Dios, que necesita visitarlo, que necesita vivir cerca de él como testigo de una familia de "exiliados" a la tierra de María Santísima para decirle al Señor que nosotros sí seguimos siendo de los suyos. En esta foto comprendí que esa sonrisa de medio lado es el gesto que reune la felicidad más absoluta de una "castellana vieja" como a ella le gusta definirse. En la gloria misma parece estar a los pies de Dios, mostrándolo a todos, recibiendo a la gente que viene a visitarlo, como camarera suya que es, y presentándole a las visitas que llegaron a rendirle culto a Dios en los tres días que estuvo en la tierra de nuevo para recoger los anhelos de Jueves Santo antes de subir como Capitán del Galeón de la Ilusión a pescar de nuevo almas, corazones y súplicas de un pueblo que le quiere y le anhela en las chicotás de una parihuela de madera. Ese maravilloso segundo plano que ejecuta ella a las mil maravilas, ese ser el "ama de llaves de Dios" es, como digo la felicidad plena... en esta foto comprendí que jamás vendría definitivamente a Sevilla, porque simplemente Dios la quiere a su lado.