Es el momento justo. Ella ha descendico para ver a sus hijos, y uno se acerca a Ella a besar su mano.
Gracias en el gesto, pensamientos alborotados, el corazón se acelera y uno se acerca a verla a Ella cuan la Señora que es.
Son días de gala, porque ¿cómo no presentarse ante la Reina de los Cielos con la mejor de sus ropas y la mejor de sus sonrisas=
Un susurro cómplice al acercarse a Ella, que todo lo escucha
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