viernes, 3 de febrero de 2012

ESA TENSA ESPERA...

Lo reconozco, estoy nervioso, me pasa todos los años, y así van ya 17. La semana antes de empezar lo ensayos me pongo nervioso, me encanta esta sensación, esta tensa espera del momento de empezar los ensayos, ese picor incontrolable del trabajo, como si la vértebra que Dios hiciera para ser costalero supiera que llega su hora. La preparación de la ropa, de los avíos del costalero, tiene mucho de parecido a los del torero, o si queremos a los del guerrero que se embarca, y será que vamos para mayores pero las conversaciones con compañeros y los amigos giran todas en torno a lo mismo, en la ilusión de este año tras los aguaceros del pasado, en contar ya un año menos, en lo intacto de las ganas, que van a más con los años... Y en hablar del fenómeno costaleril de nuevo cuño que con 3 o 4 años debajo de los pasos pretenden enseñar a los más viejos, o a los que ya vamos para tal. Hay una cosa clara, y es que nosotros (me voy a incluir en los veteranos que creo que con 17 años de costal al lomo puedo hacerlo) seguimos aprendiendo de todo y de todos, pero lo que nunca, repito, nunca hemos hecho es faltarle al respeto a los que se habían roto el lomo antes que nosotros, y creo que eso la generación que tiene no lo tiene claro. Es muy curioso que haya criaturas con 18 o 20 años que te hablen de San Gonzalo, de Triana, de pasos de Sevilla, por ejemplo, que estamos, Gracias a Dios, hartos de ver en la calle e incluso tenemos amigos debajo, conocemos a los capataces o incluso sacamos alguno de nosotros. Y te hablan vehementemente como si tu no supieras nada de esto... en fin. Esta semana, el miércoles, Manuel Gallego nos interpelaba a la cuadrilla de la Bofetá mediante su correo para la igualá a que procuraramos conservar, frente a la sociedad y el mundo cofrade y costalero que vivimos esa intimidad y romanticismo que siempre había rondado a las cuadrillas y que las ha hecho siempre tan atractivas, quizás tenga razón, quizás estemos pecando de exceso de información, exceso de "capataces de grada" se haya perdido la integridad del ser costalero en muchos casos, el sentimiento de grupo por el destacar sobre él, se critiquen en demasía y se busquen los defectos antes de mirar al de arriba,a l que importa, y disfrutar de Él. Puede que esto se haya convertido en una competición en la que gana el que más marchas aguante de pie, el que de más pasos para atrás o el que más cm. de carne tenga tatuados con simbología costalera y cofrade. Quizás esto sea lo que finalmente nos queme a muchos y nos haga retirarnos, no lo se, pero agradezco a Dios mantenerme la ilusión intacta, los amigos sanos, el cuerpo entero y sobre todo el mantenerme siendo sus pies a lo largo de la Semana Santa y sus ojos dormidos en la tarde del Miércoles Santo. Quizás sean los nervios, pero solo se que mañana a estas horas estaré con mi gente, llenando la fría cochera de abrazos, de compañerismo, de hermandad, tomando un fresquísimo Gin Tonic que me pondrá el hermano mientras me engaña como siempre para venderme un cupón que nunca toca, y al rato ajustándonos el costal para empezar a navegar con el Señor del Prendimiento, y eso es lo único que importa. Seguir sintiéndose parte de esto, seguir sintiéndose costalero y disfrutar de uno de los oficios humildes y anónimos más bellos de esta tierra de María Santísima.

1 comentario:

Arcos dijo...

CF que pura la foto donde salgo conversando contigo