martes, 14 de mayo de 2013

MÁS BUENA MOZA NO CABE...

No soy macareno, todos aquellos que me conocen saben de mi devoción por la Morena de la calle Pureza, saben que Ella es la que me arranca una sonrisa cuando la veo o un piropo en medio de la Campana a expensas de la reprimenda de mi morena de ojos verdes. Pero la relación con "La Virgen" como la llama mi queridisimo amigo y "primo" Jero Nuñez siempre ha sido fraternal. Mi mujer, mi morena de ojos verdes, es Macarena, mi madre es Macarena, muchos de mis mejores amigos (Manolito, Rafa, Pepe, Pilar, Jero, García, Romero, Javi Alcaide....) podría enumerarles infinidad de ellos que son sinceros devotos de La Virgen y que le profesan una devoción clara, sincera y hasta algo talivana. Sin embargo La Virgen no hace más que halagarme siempre con sus cosas, que son, como dicen ellos, las cosas del Atrio. He podido disfrutar de un momento "a solas" con La Virgen en la marabunta de su besamanos porque, simplemente, la cola se paró y se entretuvo un poco cuando yo, pobre de mi, estaba frente a Ella. Me he comido un papelon de churros con chocolate en la salida extraordinaria del 450 aniversario con mi amigo Manolito mientras Ella pasaba y displicente parecia mirar al lado mientras se adivinaba en su gesto un "¡¡que aproveche miarma!!". La he visto majestuosa por campana en una noche mágica de madrugá, tras haber sentido a Dios muy dentro al paso del Gran Poder, y sentido al emoción de mi entonces novia y ahora esposa cuando "mamá", como también la llaman ellos, paraba el tiempo cual verónica romerista y parecía quedarse alli con nosotros una eternidad. He visto a mi madre cómo se asía a su mano y a su semblante, y cómo con los ojos llenos de lágrimas tras su presencia solo pudo decir "Qué Paz da esta Virgen" y a fe mia que la da. Me ha permitido, en una noche de invierno, llevar a Su Hijo al altar para el besapié de principios de mes en una noche íntima en la que pude hablar con el Cristo de mi amigo Rafa, de mi amigo Jero, de luismo, de Manolo... y en la que Él, manso y noble como es, consiguió de mi un afecto y devoción siempre especial. Pero esto que les pongo es el sumun hasta ahora. Llegaba yo a Sevilla tarde, muy tarde, el Viernes Santo (Vaya Viernes Santo)y tras dejar los bártulos en casa de mi hermano, que gentilmente nos acogió en Semana Santa, nos fuimos a la calle no se muy bien a que porque el día parecía más de un mes de enero o diciembre que un Viernes Santo. Había llovido y llovia como si el mismísimo Noé fuera a pasar por delante de la abacería donde estábamos. En la Costanilla, la abacería Buentrago, para nosotros "el Gustavo", templaba la pena de los isidorianos al ver truncada la salida penitencial y en una pantalla grande ponía las retransmisiones de Sevilla tv, que al no poder transmitir nada del día, repitió la Madrugá. Entiendan ustedes que en un bar no puede verse en condiciones nada, y más si está lleno de cofrades en plena Semana Santa... pero llego Ella, y llegó el momento. este momento que les narro, La Señora de San Gil posaba su paso en medio de la campana y un señor con la corbata floja para que el rezo saetero saliera mejor, les espetó a Ella y a las almas de los presentes un saetón digno de Puerta del Príncipe que nos puso un nudo en la garganta a todos los que estabamos en aquel maravilloso roncon de la Costanilla y que hizo asomar una lágrima a más de uno. Se hizo un silencio sepulcral, maestrante, y la saeta que pueden ver aqui rasgó el cielo de Sevilla para quedarse en la Historia y anales de la Semana Santa. Pero no encuentro el momento que sí vivi en directo el Lunes Santo. Pasaba la hermandad de las penas de mi querido juan por El Salvador, embocando el Señor la calle cuna se para delante de nosotros, 30 personas, no más, habríamos alli, y este saetero, Manolo Cuevas, le plantó un saetón de categoría al Cristo rampante de San Vicente. La saetas tienen esa cosa, que cuando son así hacen que Dios o su Santísima Madre te urge en el alma, quizás nosotros, con el rezo flamenco y, por qué no, con reminiscencia árabe, abramos mejor nuestras puertas con la música que sale de dentro. Es el alma la que reza por nosotros...

1 comentario:

Juan Pedro dijo...

ya echaba en falta entradas como esta, que no pare... aun no comprendo como no puedes ser macareno....