martes, 8 de julio de 2014

MI GENTE DE ATRAS...

Hablar de la gente de atrás es hablar de música en su estado más puro, es hablar de una familia, es hablar del complemento perfecto para un paso, sea cual sea este... Mi gente de atrás son mi Banda del Rosario de Linares, de Cornetas y Tambores, para ser exactos, y que últimamente parece ser cuestionada no se por qué o por quienes. Pues miren ustedes, en los meses en los que estamos, mientras disfrutamos de piscinas, tapitas o mundiales, estos chavales siguen lléndose a ensayar para mayor gloria de Dios y su Santísima Madre del Rosario, luego, en los meses de invierno, cuando estamos tan agusto en nuestro braserito, estas criaturas están ensayando pasando frío... Y no son niños, que ahi hay ya padres de familia, auténticos enamorados de la música cofrade para los que su forma de ver, sentir y rezarle a su Cristo Soberano es con una corneta, un tambor... Hoy día, cuando gracias a Dios (el Soberano siempre escoge a los suyos) mantengo una relación de amistad con muchos de ellos, es grato recordar anécdotas pasadas, tiempos que empiezan a ponerse en blanco y negro en la memoria, de cuando éramos, todos, unos nenes que soñaban con la Gloria y que no sabían que estaban escribiendo con letras de oro encima de las páginas de la Historia. Muchos han pasado, muchos pasarán, pero la melancolía asoma en la mirada de amigos queridos músicos como Martin Arboledas, Grego, Bocas, Ripoll, Los Pisto, Quique, Antonio, Carrascosa... qué se yo... me dejo a muchos, muchos. Yo, con este escrito solo quiero daros las gracias. Quiero daros las gracias por hacernos Sentir, por elevar una plegaria a su Dulce Mirada, por cantarnos por Bilerías, por paladear el Silencio aunque no sea Blanco, por llenarnos de Rocío, por enseñarnos bajo la Galera Divina Su Mirada Gitana, por acompañarnos Por la Calle Rosario, por ayudarnos a Amar a una Madre que se llama Rosario y en el arco es Macarena... Siempre digo que la banda no sería nada sin nosotros los de abajo, pero los de abajo no seríamos nada sin esa novena trabajadera que empuja con el viento echo música la vela del Galeón de la Ilusión... ... Y a mi me gusta cuando se os cansa el labio, cuando ese aplomo que dan las horas hacen paladear cada instante, cuando todo se vuelve espeso y dulzón. Cuando se para el tiempo como una verónica de Morante o un derechazo de Curro Díaz. Porque esa es la esencia de Dios, Ahi mismo Dios viene cansado, Dios recoge plegarias que cambia por musica celestial de ángeles vestidos de levita negra y que cualquier noche de enero en un ensayo, con un solo , con un matiz sueñan con su Cristo navegando por Linares una tarde de Jueves Santo. Creo que jamás seremos lo suficientemente agradecidos a vuestro esfuerzo y vuestro trabajo de todo el año, a vuestros desvelos, a vuestras inquietudes, a dejar a la familia durante un año casi entero por esta pasión... Gracias, Gracias y Gracias...

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